miércoles, 22 de agosto de 2012

Erotismo con hache

... o cómo enamorarse de las faltas de ortografía

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¿Cuánto tiempo hace que chateamos por Internet? ¿Quince años, doce, diez? Desde el pionero y aún vigente Messenger del hoy dubitativo Hotmail en adelante venimos estableciendo relaciones en tiempo real, por escrito. Ahora bien, si el correo electrónico aceleró el ritmo de las relaciones epistolares de todos los tiempos, el chat en tiempo real llegó para agregar inmediatez y eliminar bastantes filtros. El primero y más engorroso: la ortografía.
Pero, ¿la mala ortografía molesta o erotiza? Aunque no lo crean, hay una parafilia asociada a los errores ortográficos. La llaman "anortografofilia".
KLIMT
Detalle de 'Danae' de Gustav Klimt.
Desde hace más de una década, buena parte de la Humanidad liga por Internet, se conoce chateando y alcanza límites bastante íntimos, por escrito (¡la de fantasías que somos capaces de componer en letritas!).
A partir de entonces, ciertos ejemplares de ese amplio grupo digital también llegan a decepcionarse por escrito y a despedirse de románticos partenaires antes de la vida real, por una maldita e imperdonable hache de más o de menos, una be endiabladamente cruzada con una uve o por esas zetas por ces (que los latinoamericanos no pronunciamos pero debemos poner en grafía), por no hablar del "lijero" crujir de nuestro corazón (cuando alguien quiso aligerarlo y erró).
Digamos que en este subgrupo exigente, también hay quien llega a perdonar unas deslibidinizadoras diéresis en "paraguas" o "ambiguo", aunque el rencor queda ahí escondido, presto a eclosionar en cualquier otro momento de desacuerdo.
Así, en los sitios de encuentros puede el/la internauta encontrarse con las presentaciones de siempre (las de quienes se dicen "fáciles de llevar" y pretenden encontrar chicas/os "normales", las de los "amigos de mis amigos" y las de las buenas personas, las que quieren volver a desear y sentirse deseados/as, o que buscan complicidad, picardía y disfrute) y, además, con los textos introductorios de quienes integran esta categoría de los exigentes de la lengua.
Como la gente sabe que en estos foros las relaciones empiezan por escrito, algunos advierten ya desde su perfil que prefieren que no contacte con ellos/as nadie que escriba "hiba"(por iba o por IVA)  o "ilución" (por ilusión). Y así creencerrar la puerta a un infausto chat de desilusiones (aunque intuyo que el que no tiene buena ortografía difícilmente se dé por aludido con el mensaje de advertencia).
Lo-estoy-haciendo-contigo
‘Lo estoy haciendo contigo’. Ilustración de Carla Fernández sobre el placer del voyeur para el libro ‘Pervertidos’, vía parafiliasilustradas.blogspot.
El caso es que muchos de los que habitamos el mundo digital y el verbo escrito sabíamos de estas fobias, pero pocos habíamos escuchado hablar de una filia asociada a los errores ortográficos. La parafilia, que figura en el glosario de parafilias del libro Perversiones de la Editorial Traspiés, en su colección Vagamundos, es la anortografofilia.
Este libro y Pervertidos, ambos de la misma editorial y de reciente publicación, llevan por subtítulo Breve catálogo de parafilias ilustradas y contienen relatos breves e ilustraciones que versan sobre asuntos bastante comprometedores. Entre ellos, baste enumerar la agorafilia (atracción por realizar el acto sexual en lugares públicos); la biandria (relación sexual entre una mujer y dos hombres); la crematistofilia (el estímulo consiste en pagar por sexo o sufrir un robo por parte de la pareja); la quinunolagnia (la excitación solo se produce al exponerse a situaciones de peligro); el retifismo (fetiche por los zapatos) o la extraña filofilia (excitación con la filosofía), que inspira un cuentito llamado Bésame, Platón, que lleva la firma del consagrado Andrés Neuman, por ejemplo.
Pero, volviendo a la anortografofilia, el caso es que la excitación, en este caso, parece provenir de las faltas mismas de ortografía —de las impertinentes jotas en los "ambages" o de las inmorales zetas de las "cruces"— y no de la persona que las comete.
Al menos, esa es la idea que sugiere el relato de Manuel Rebollar, titulado El dictado. Aquí, un fragmento: "Iba a realizar el primer dictado después de su vuelta a clase (…) El corazón le latía intensamente, conocedor de que el primer día era el más difícil después de meses de terapia, ingresado, por propia decisión, para intentar superar su insana obsesión. (…) comenzó a dictar pausadamente, supuestamente distraído, sin querer fijar la mirada en nada, para que las tentaciones no tuvieran un hueco donde encarnarse…".
Sade
Imagen de 'Sade', la obra de 'Sa Murga': el marqués de Sade prepara una puesta en escena con los compañeros del manicomio en el que se encuentra ingresado por libertino, vía Algarada.es.
Escritura y morbo, del marqués de Sade a nuestros días. A propósito, Alexandrian afirma en Historia de la literatura erótica, que el marqués de Sade "era un gran paranoico que evitó el naufragio mental (…) gracias al exutorio de la escritura”. Porque, continúa Alexandrian, “la transferencia de pasiones de lo real a lo imaginario será para él un factor de equilibrio, una liberación tanto más sentida por cuanto las escenas que imaginaba eran paroxísticas (…) Sade se libera de la violenta perversidad redactando Los 120 días de Sodoma (1785), catálogo de 460 manías sexuales  (simples, dobles o criminales) descritas por ‘historiadores’ a los cuatro libertinos del castillo de Silling, en la Selva Negra, que se excitan con el relato para cometer abominaciones con un serrallo de muchachos y muchachas".
Perversiones y pervertidos, mejor por escrito.

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Vía: El País

19 comentarios:

  1. Está bien, ayer me enteré por la radio de esa nueva palabreja, al menos para mi lo fue, pero yo debo de ser para eso muy normalito ni me pone la ortografía ni la falta de ella, me interesan las personas y su pensamiento, si lo describen y me va, genial, si meten la pata con la ortografía me la trae al pairo, siempre que no me destroce la vista, claro, el caso es que sintonice, si es así, todo está bien...
    Besos y salud

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    1. Por eso me ha gustado el artículo para el loco...

      Beso y salud, Genín :)

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  2. Aunque de vez en cuando pongo alguna barbaridad digna de lástima (chuvasquero, por ejemplo), las faltas suelen darme en los ojos y no para bien. Algunas son errores clarísimos, pero otras son un atentado contra el idioma...

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    1. Yo las suelo disculpar con facilidad, pero a quienes no se las perdono (ni comprendo) es a los profesionales dela comunicación; ¡¡he visto cada burrada en los periódicos!!...

      abrazos :)

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  3. ¡Qué artículo tan entretenido! La de palabrejas que se aprenden. A mí me cuesta disculparlas, lo reconozco. Lo que dices de los periódicos, casi es un reto; todos los días se encuentran fácilmente dos y eso que varias Secciones ni las miro.
    En fin, querida, que me ha gustado mucho lo que dice El loco.
    Besos, por la orilla.

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  4. Qué ganas de marear la perdiz con los nombres tan raros.

    Por estos lares, por ejemplo, al acto sexual de una mujer con dos tipos, o viceversa, no se le llama algo tan antinatural como biandria... "Fiesta" suele ser un nombre por demás satisfactorio para todas las partes... y por añadidura, se entiende :D

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    1. Fiesta es un nombre magnífico, Pancho jajajaja

      besos para ti

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  5. La verdad es que esta inmediatez tal vez produzca algun que otro desliz, por no hacer esperar al que tienes al otro lado, dejas atrás signos de puntuación, el dedo se va a la v o a la b sin mucho pensar, asi que yo disculpo, esa es la verdad, y espero que se me disculpe, claro que como dice Mª Jesús, algunas son atentados-
    Muy bueno el artículo.
    Un abrazo

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    1. Hay errores que se comprenden como "lapsus dedus", sí... yo ni los considero porque imagino que estoy "hablando" con esa persona y no leyendo sus palabras. En los otros casos ya me chirría un poco-mucho-muchísimo :(

      dos para ti

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  6. Me has hecho reír a carcajadas... Con el intercambio continuo de mensajes, hay momentos en que se duda hasta de lo más elemental. Pues nos vamos acostumbrando a las palabras mal escritas. Pero lo más divertido de todo, ha sido el comentario de Pancho, jajajaja!
    Abrazo.

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    1. Es que Pancho es sencillamente ¡divino! Sara :)

      abrazo para ti

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  7. El tema del erotismo y la palabra (oral y escrita - no porque sí casi todas las "malas palabras" tienen algún contenido sexual y machista) siempre me ha parecido de lo más interesante y divertido. Dice mucho de nosotros. En lo personal, tengo faltas de ortografías y, hasta el momento, no he sentido que haya sido ni un problema ni una ventaja. ¿Quizá le deba mi vida sexual, bastante normal por cierto, al "http://www.wordreference.com/"? ¿Sufriré de wordreferencefilia? Yo sabia que algo en mí no andaba bien...
    Besosssss.

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    1. jajaja entonces, yo también se la debo jajajaja

      Beeesoossss

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  8. "... para acometer abominaciones...".

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  9. Lo leí en el País y te juro que lo de la parafilia y me dejó alucinando. A mí las faltas de ortografía, aunque las cometo como todos, me duelen básicamente a la vista. Yo percibo la ortografía como un territorio seguro: como a los niños, que no soportan que se les cambie el final del cuento, que lo quieren siempre exactamente igual, porque la certeza les da seguridad. Algo así me ocurre a mí con la ortografía: las faltas me dan inseguridad mental, o algo parecido (a la que me ponga a investigar seguro que descubro que esta inseguridad mental de la que hablo es también una parafilia, jaja). Las cometo, está claro. Luego están las construcciones erróneas, que no son exactamente faltas ortográficas, que también cometo, supongo que bastante por influencia del catalán, en que existen modismos y frases hechas que obviamente son diferentes.

    De todas formas existen cosas muchísimo peores que las faltas de ortografía. Mis padres, por ejemplo, hacen faltas cuando escriben, pero el afecto y el cariño hace que no me desagraden esas faltas. Son faltas que me provocan cariño, en todo caso, porque son cometidas por gente que no tuvo acceso a la cultura y que ha hecho lo que ha podido en la vida; y bastante que ha hecho...

    Y también decir que a veces me provoca más horror la persona que siempre está corrigiendo que no la que humanamente se equivoca. En un instituto donde trabajé me topé con un profesor de lengua que siempre corregía y ultracorregía lo que escribíamos los demás. Sin necesidad de ser una falta, si uno usaba un pretérito imperfecto y según él en ese contexto verbal era más preciso el pretérito anterior, sin empacho lo corregía y añadía una coda del tipo: "En este contexto preciso sería mejor usar el pretérito anterior, teniendo en cuenta que este verbo expresa una acción...", en este plan. Que te apetecía escribirle al lado: "No me tokes las narices, que escrivo como me sale de los güevos", no? POrque las faltas de ortografía tienen también un punto muy anarko, y eso ya me gusta un poco más, jajaja.

    Petons.

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    1. Los hay pedantes sí, y mala-sombras. Yo procuro no ser ni lo uno ni lo otro :)

      Me gustó este artículo para el loco, tan bien trabajado y "simpático"

      Abrazos :)

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  10. Buen artículo, muy ameno, no sabía yo de tantas parafilias.

    La mía debe ser "acentuafilia" porque llevo mal lo de los acentos :)

    Besos emprendedores y viajeros, soñar es gratis ::))

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