Presseurop Enero 13 2010
Cualquier tiempo pasado....Los primeros ministros británico y holandés Tony Blair (izq.) y Jan Peter Balkenende en 2002. (AFP)
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En Holanda, una comisión de investigación ha considerado
“ilegal” la invasión de Irak liderada por Estados Unidos, mientras que en el Reino Unido la Comisión Chilcot investiga la decisión de Tony Blair de llevar a su país a la guerra. Sin embargo, tanto la prensa inglesa como la holandesa lamentan que los políticos sigan negándose a asumir ninguna responsabilidad por el desastre.
“Un sinvergüenza, impenitente y mentiroso” escribe el Daily Mail; un “archimanipulador”, considera Simon Hoggart en The Guardian; un “propagandista psicótico”, dice Matthew Norman en The Independent. Esos son sólo algunos de los amables epítetos que la prensa británica ha dedicado al antiguo director de comunicación de Tony Blair, Alastair Campbell, que compareció el 12 de enero ante la Comisión Chilcot, encargada de desvelar la verdad que hay detrás de la decisión británica de unirse a la invasión de Irak liderada por Estados Unidos en 2003. “Satisfecho de estar nuevamente en el centro de la atención pública” escribe el Daily Telegraph, “Alastair Campbell repitió su ya conocida defensa de la decisión de Tony Blair de llevar a su país a la guerra”. Una muestra: “Tony Blair actuó en todo momento de buena fe y a la vista de pruebas convincentes.”
¿Cuáles son las pruebas convincentes de las que habla el señor Campbell? Tal como recuerda Ibrahim Al Marashi en el Times, “el proyecto de manipulación de la opinión pública británica” se basó en buena medida en un artículo publicado por él mismo en The Middle East Review of International Affairs en 2002. El gobierno británico “cogió el texto, le añadió unas cuantas páginas en las que se defendía la necesidad de una acción militar contra Irak y cambió unas cuantas palabras clave para sugerir que Irak había apoyado a Al Qaeda.” En el informe, ahora conocido como el “Dossier subido de tono”, según el cual “Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva”, Campbell insertó hasta en cuatro ocasiones la afirmación de que las inexistentes armas de destrucción masiva de Saddam podrían alcanzar territorio británico en Chipre en sólo 45 minutos, lo que dio pie a titulares como “los británicos, a 45 minutos del infierno”, recuerda Simon Hoggart a sus lectores. “Defiendo cada una de las palabras del informe” afirmó ayer el señor Campbell. “Defiendo cada uno de los pasos del proceso.” Ante tal cascada de evasivas, The Independent se pregunta irónicamente si hay algo que pueda decirnos el señor Campbell que no supiéramos antes. La respuesta es “no demasiado. Al menos conseguimos saber algo más acerca de las ideas y las acciones de Blair en los meses previos a la invasión. Según Campbell, el primer ministro envió cartas al presidente Bush acerca de la estrategia de desarme de Irak, cuyo contenido podría resumirse en: ‘Si no es posible conseguirlo diplomáticamente y es preciso hacerlo militarmente, Gran Bretaña lo hará.”
“Campbell ha preparado el terreno para Tony Blair”, comenta el periódico londinense en referencia a la muy esperada aparición del ex-primer ministro ante la comisión, prevista para finales de este mes. Pero el primero de los líderes europeos en verse bajo los focos de la crítica ha sido el primer ministro holandés Jan Peter Balkenende. El 12 de enero, una comisión de investigación no gubernamental concluyó que el apoyo político de Holanda a la invasión —que incluía la cesión de instalaciones logísticas y el permiso para que las tropas estadounidenses pudieran hacer escala en los aeropuertos holandeses— era ilegal por no estar avalado por ninguna resolución de la ONU. NRC Handelsblad denuncia duramente “la actitud impositiva y, más exactamente, tozuda del Ministerio de Asuntos Exteriores,” señalando que el informe es especialmente crítico con Balkenende, a quien acusa de carecer de liderazgo y de no haber informado suficientemente a la Asamblea Nacional en el momento, en particular en lo tocante al asunto WMD. Para NRC Handelsblad, Balkenende se encuentra en medio de “una tormenta política” y “debería preguntarse si su posición es sostenible”. Para el periódico de Amsterdam Trouw, sin embargo, existe una “conclusión positiva para Balkenende”, y es “la confirmación de que Holanda no participó militarmente en el conflicto, y que Jaap De Hoop Scheffer (ministro de Asuntos Exteriores en aquel momento) no debe su designación como secretario general de la OTAN al apoyo prestado”.
Según el periódico Trouw, tradicionalmente próximo al partido democristiano, la decisión de Balkende de “sacudirse de encima” todo lo que la investigación pueda arrojarle resulta elogiable por su “espíritu combativo”, aunque también adolece de cierta “irreflexión”. “Ayer, Balkenende dijo que los argumentos legales no fueron los únicos que se tuvieron en cuenta en el momento. También había que considerar la política internacional”, escribe el periódico de Amsterdam. Por desgracia, “estas declaraciones resultarían más creíbles si tanto Balkenende como De Hoop Scheffer no hubieran defendido dicho apoyo remitiéndose sistemáticamente a los aspectos legales”.
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El loco pregunta si esto sería posible en España…
pero ante la condena de los periodistas de la SER por informar de la verdad y con la verdad en la mano, lo veo -más que difícil- imposible.
España sigue siendo diferente
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