Una despreciable maniobra que retrata a sus promotores
El Mundo.es 17.05.2009
LOS RECELOS de los socialistas y populares vascos al mal perder del PNV eran fundados. Según desvelamos hoy, altos cargos de la Ertzaintza que debían su puesto al anterior Gobierno de Ibarretxe mantuvieron reuniones con sus subordinados tras las elecciones con la intención de garantizar que, una vez el PNV fuera desalojado de Ajuria Enea, el partido siguiera teniendo cierto control sobre el Cuerpo. Para conseguir ese objetivo, decidieron crear una red de topos que permitiera a la formación que preside Iñigo Urkullu estar perfectamente informada de lo que ocurría en la policía autonómica e incluso tratar de entorpecer desde dentro la labor de los nuevos dirigentes. Este comportamiento marrullero y antidemocrático demuestra la resistencia de los nacionalistas a soltar el poder que han tenido ininterrumpidamente durante cerca de tres décadas.
A nadie escapa que la Ertzaintza, con sus 8.000 agentes, es una institución clave para la gobernabilidad del País Vasco y que puede ser utilizada como ariete para erosionar al Gobierno de Vitoria. Socialistas y populares tienen claro también que necesita una reorientación para que pueda cumplir eficazmente las misiones que tiene encomendadas. Su voluntad de combatir a ETA, por ejemplo, ha sido muy cuestionada. Baste decir que desde septiembre de 2003, cuando desarticuló el comando Bizkaia, sus éxitos en la lucha antiterrorista se reducen a la detención de un solo colaborador de la banda. Hay demasiadas sospechas de que han venido primando los criterios políticos sobre los policiales en la actuación de la Policía vasca. No es casualidad que una de las primeras medidas de la Delegación del Gobierno tras la elecciones fue pedir informes al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil para conocer cuál es su relación con la Ertzaintza y de esta forma poder sentar mejor las bases de una mayor colaboración y coordinación entre los distintos Cuerpos.
El complot urdido para perjudicar a un gobierno legítimo salido de las urnas como el de Patxi López sería deplorable en cualquier circunstancia, pero mucho más en un territorio sometido permanentemente a la amenaza terrorista, donde la colaboración de los demócratas es fundamental. De hecho, los violentos siguen intentando hacerse hueco y, en la madrugada de ayer, el Supremo decidió ilegalizar su última intentona por concurrir a unas elecciones. El Alto Tribunal estima que la lista de Iniciativa Internacionaista-Solidaridad entre los Pueblos presentada a los comicios europeos es sucesora de Batasuna.
«En democracia, o se está con los votos o con las bombas», dijo ayer con rotundidad el ministro del Interior, Rubalcaba, a la hora de valorar esa ilegalización. Desde el PP, Rajoy también se felicitó por que «una franquicia de ETA» no se pueda presentar a las elecciones. Sin embargo, el mismo PNV que pretende encastillarse allí donde gobernaba dijo que la decisión del Supremo «cercena las esencias de la democracia».
Tarde o temprano el PNV deberá entender que la democracia tiene unas reglas no escritas que van más allá de la Constitución que tantas veces cuestiona: ni los terroristas ni sus acólitos tienen sitio en un Estado de Derecho.
____________________
Si no fuese porque en el País Vasco hay asesinos que no miran a quien matan -y hasta dudo que sepan por qué matan- esto sería hasta de risa ¿no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
El loco está abierto a todas las opiniones,
respeta y pide respeto en los comentarios...
Gracias por compartir tus locuras...