domingo, 20 de septiembre de 2009

Diosas mortales

Más allá del festival Navratri

Mujeres vestidas para el festival del Navratri.  A.G.

Mujeres vestidas para el festival del Navratri. A.G.

Ana Gómez Admedabad ElMundo.es 20/09/2009

Mientras La India, especialmente el estado de Gujarat, se prepara para festejar el Navratri, su famoso festival en honor a la diosa madre, Durga, las mujeres se debaten entre qué celebrar y qué reprochar a su sociedad. Relegadas desde los tiempos de la reina Padmini a simples objetos de belleza, ahora se levantan de sus cenizas. Salen a la calle en moto, estudian y luchan por dar a conocer su valentía y su madurez. Pero el camino es largo.

Ela Bhatt se dio cuenta en 1972 de que las mujeres tenían muchas capacidades escondidas entre la codicia de sus hombres y fundó SEWA (Self-Employed Women’s Association) para ayudar a las trabajadoras del sector textil que habían sido despedidas. Desde entonces, esta organización con un millón de miembros ha traspasado las fronteras de su Ahmedabad natal y está activa en siete estados.

El primer problema que afrontaron, y que todavía sigue siendo una constante en la India fue la falta de agua potable, que obligaba a las mujeres a caminar a diario hasta diez kilómetros para traer agua a sus casas. Eso les ocupaba casi todo el día y no podían dedicarse a nada más. Por eso decidieron organizarse, para construir tanques en las zonas rurales. "Las mujeres no salían de casa, sus maridos desconfiaban de que fueran a reuniones y se lo impedían. Pero cuando fueron llevando dinero y ellos vieron que la organización funcionaba, empezaron a ser respetadas", asegura Ami Shedal, miembro de la asociación.

Una mujer india acarreando agua.  A.G.

Una mujer india acarreando agua. A.G.

El siguiente paso surgió al darse cuenta de las habilidades de las mujeres para hacer preciosos tejidos. Juntas, compraban herramientas de forma más barata. Poco a poco construyeron un entramado de actividades lideradas por mujeres, para ayudarse unas a otras y capacitarse. Aprendieron combinar colores a organizar los bordados por categorías y a cobrarlos por las horas y el esfuerzo realizado , a saber qué estaba de moda y qué no... "Ellas sólo tejían y cuando tenían problemas económicos vendían sus telas al primero que pasaba, sin calcular los costes ni tener idea de marketing", explica Savitaben, que lleva más de 15 años en la organización. SEWA les dio cursos y las organizó en grupos (hoy hasta cien) para que pudieran gestionar sus propios recursos unidas.

También la agricultura necesitaba de la mano femenina para hacerse fuerte. Con su propio sistema de procesamiento de productos, empaquetación, limpieza ... pueden hacer frente a los grandes del mercado. "No sólo ofrecen calidad y precio justo, también les permite que el dinero se quede en los pueblos", afirma Ami Shedal. Entrenadas para saber sobre cambio climático, productos orgánicos y tipos de cultivos para afrontar la sequía, a estas mujeres no hay quien les pare. Ni siquiera la recesión mundial ha bajado sus ingresos.

Un total de 84 cooperativas forman este organismo, que cuenta además con mujeres que se encargan del cuidado de sus hijos, y hasta un servicio médico y un banco propio. Algunas de ellas también se dedican a enseñar a las otras a leer y escribir, o incluso a crear sus propios negocios.

Nueve noches de bailes

Al terminar todas las tareas que la casa requiere, se preparan para celebrar el Navratri (literalmente, nueve noches en sánscrito). Lo primero es el choli, un top colorido que normalmente no tapa la cintura. Lo segundo, la chaniya, una falda llena de lentejuelas, espejos y conchas, de gran colorido y espesura, que vuela con gracia durante sus danzas. Y no puede faltar el dupatta, o pañuelo, que durante los bailes recubre sus cabezas; así como todo tipo de ornamentos, como pulseras, collares, pendientes, diademas...

A pesar de que el festival se ha convertido más en una cuestión social que en un acto religioso, muchos devotos acostumbran a ayunar, o a comer sólo frutas o alimentos ligeros durante esos nueve días.

Invocando a la energía divina de la madre universal mediante danzas y ayuno, los hindúes se olvidan de que sus salvadoras están más cerca de lo que piensan

6 comentarios:

  1. Interesante artículo,amiga..!

    No me extraña nada el avance de las mujeres indias y sus cooperativas y me alegro mucho por ello.. La mujer cambia el mundo poco a poco.. desde si misma,logrando una evolución interior que extiende al exterior con seguridad y constancia..!

    Mi enhorabuena por tu elección.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¡ OLE ! ¡ OLE ! Y ¡ OLE !

    ResponderEliminar
  3. Debemos seguir avanzando -hasta las aldeas más pequeñas- en todos los continentes; no es necesario renunciar a ningua tradición -estoy convencida de ello.
    Me gusta compartir este tipo de noticias, amiga :-)
    besos para la semana

    ResponderEliminar
  4. Síiiii, Alexa :-)) bravo por ellas, valientes... ¡¡¡locas!!! que se merecen estar aquí con nuestra solidaridad y cariño ¿verdad?
    besos y buena semana

    ResponderEliminar
  5. Más que opinión, un saludo, simpática señora majara. Gracias, desde luego, por todo.
    Vine. Pasé a decírtelo personalmente ¡ejem! y corriendo marcho, por hacer acto de presencia en otros lares. Un beso laaaaaaaaaargo...

    ResponderEliminar
  6. ¡¡José Alfonso... bienvenido guapo!!
    Gracias por pasar sabiendo, como sé, con las prisas que te andas.
    Nos seguimos viendo, amigo.
    abrazos (que ya no hace tanta "calo'") ;-)

    ResponderEliminar

El loco está abierto a todas las opiniones,
respeta y pide respeto en los comentarios...
Gracias por compartir tus locuras...