Que la felicidad os visite estos días y
se quede a vivir en vuestros hogares.
Un año más y como viene siendo habitual en esta casa, el loco y yo queremos compartir buenos deseos con todas las personas que de forma continua o intermitente van dejando sus huellas aquí y se convierten, un año más, en el motivo más importante que nos anima a tener las puertas abiertas, sin distinción de credos -tanto religiosos como sociales.
Esta vez he encontrado una canción que -pienso- nos viene bien a todos, por las situaciones locales y globales que estamos viviendo. En ella, canta George Michael que estos son días de extender las manos y que no serán los últimos. Yo espero y deseo que las vuestras se extiendan para dar y recoger abrazos; se abran para compartir y no exigir recompensas; se abran para poder abarcar a más personas entre ellas. Deseo que vuestras manos estén siempre vacías para que la abundancia no las hagan olvidar algún tiempo en el que se carecía de algo o de todo y se esperaba ser acogidos por otras manos.
Canta también, George Michael, que estos son los días de los mendigos y los oportunistas. Yo deseo y espero que todos los días del año seamos los oportunistas. O sea, los que brindemos la oportunidad de hacer más felices a quienes nos rodean, empezando por la familia; la oportunidad de perdonar las afrentas que hemos recibido y brindarla igualmente a aquellos que nos deben pedir perdón a nosotros. No olvidemos que existe la mendicidad conviviendo puerta con puerta, a nuestro lado... que está bien alargar la vista a lo lejos, pero sin borrar a los que están en nuestra misma acera; incluso dentro de la familia... sobre todo a la familia... pero que lo hagamos con el amor verdadero que nunca se jacta de sus actos, ni humilla practicando una "caridad" mal entendida. Seamos mendigos de justicia y no carroñeros oportunistas, verdugos de las desgracias ajenas.
La canción nos habla de lo difícil que es amar cuando hay tanto que odiar; aferrados a la esperanza, cuando no hay esperanza de la que hablar... Yo te deseo un corazón libre de prejuicios y demuestres a quienes nos han robado desde el pan a la dignidad, sin olvidad la libertad, que eres incorruptible, indomable y esrás preparado para amar y seguir teniendo esperanza en el ser humano. Sin credos. Sin banderas. Sin víctimas. Sin mártires.
La casa del loco es abierta y ecuménica. Crítica y azote de las injusticias. Amable y acogedora sin barreras, salvo a la intolerancia. La casa del loco es tu casa.
Feliz Navidad.
Ojalá el 2014 sea el año de la justicia.
