Un hombre campesino que regresaba del mercado a altas horas de la noche descubrió de pronto que no llevaba su libro de oraciones. Se hallaba en medio del bosque y se le había salido una rueda de su carreta, y el pobre hombre estaba muy afligido pensando que aquel día no iba a poder recitar sus oraciones.
Entonces se le ocurrió orar del siguiente modo: «He cometido una verdadera estupidez, Señor: he salido de casa esta mañana sin mi libro de oraciones, y tengo tan poca memoria que no soy capaz de recitar sin él ni una sola oración. De manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar cinco veces el alfabeto muy despacio, y tú, que conoces todas las oraciones, puedes juntar las letras y formar esas oraciones que so soy incapaz de recordar».
Y el Señor dijo a sus ángeles: «De todas las oraciones que he escuchado hoy, ésta ha sido sin duda alguna, la mejor, porque ha brotado de un corazón sencillo y sincero».
Anthony de Mello
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Me ha parecido tan hermoso que quería traerlo al diario, sin más pretensión que compartir.
Esta historia ya la conocía...y verdaderamente lo importante no es la oración, sino la actitud y la autenticidad del corazón que ora.
ResponderEliminarEL AMOR ES EN SI MISMO UNA ORACIÓN CONSTANTE...!
Mi gratitud por compartir,amiga.
Mi abrazo grande y BUENAS NOCHES.
M.Jesús
Yo también la había leído por ahí, pero bueno es recordar. El enormísimo poder de las buenas personas. Haberlas, haylas. Dicen.
ResponderEliminarEs muy hermoso Mariluz.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Besitos de cielo.
HERMOSO...
ResponderEliminarNOS MUESTRA LA DIVINA SENCILLEZ DE UN PADRE, QUE AMA A SU HIJO ORANTE, POR LA CONFIANZA EN SU AMOR, DE ESE HIJO
GRACIAS MARILUZ...
A mí no se me hubiera ocurrido en la vida, encontrar la solución del campesino para realizar sus oraciones. En realidad, fue una magnífica idea. Y llegó donde tuvo que llegar.
ResponderEliminarGracias por compartir este bonito cuento de "de Mello". Me ha gustado.
Mil abrazos.
Mariluz,así es.Mi sobrina tiene 29 años y una adenocarcinoma en los conductos vesiculares y biliares,tan extendido que le coge vesícula,hígado.estómago e intestino,con múltiple metástasis.Tras el primer ciclo desapareció la metástasis y el cáncer se redujo.En el segundo ciclo ,el cáncer no ha disminuído,tampoco hay metástasis.Ahora está con otro tipo de quimio,pero ella tenía esperanza de curarse...es un cáncer mortal que se dá en personas mayores de 50 años.
ResponderEliminarElla mi princes,tan joven...la quiero tanto...
Besos.
No conocía este cuento de Anthony de Mello. Es muy bonito.
ResponderEliminarPersonalmente hace mucho que dejé de orar con fórmulas repetitivas o preestablecidas. Sigo orando, pero a mi manera. En esos años de mi juventud pensé: si rezar es hablar con Dios y Dios está en todas partes, ¿no es más sencillo orar con las personas que te rodean y con el resto del mundo más cercano a ti?. Así que, desde entonces, mis oraciones consisten en descubrir a Dios en todo y tod@s los que me rodean y HABLAR con ell@s, con sencillez y sinceridad.
Un abrazo.
Ibso.
No conocía esta historia. Además de hermosa por su sencillez y profundidad, me parace tan honrada, cabal e íntegra que es admirable. Gracias por darla a conocer.
ResponderEliminarun abrazo.
¡Que ya es tu cuuuuuumpleeeeeeeee! ¿Dónde está la tarta? ¿Dónde la piñata? ¿A qué hora sale el chico que se desnuda? Ahm... ¿no es aquí? ¿Qué me voy a perder mientras me pierdo en Eleuisis? Miedo me das.
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Feliz, feliz en tu díaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!
Me recuerdas aquella parte del evangelio donde dicen : "Señor, enséñanos a orar". Por más bellas que sean las palabras si no hay humildad en el decir no suben al Cielo. Más agrada a los oídos de nuestro creador palabras salidas del corazón que aquellas sólo pensadas para agradar sin sentirlo en lo profundo del alma.
ResponderEliminarAbrazos, muy hermoso el cuento.