POLÉMICA | Negó el Holocausto
El obispo Williamson viaja a Reino Unido tras ser expulsado de Argentina
Williamson, en el aeropuerto de Buenos Aires. | Reuters
- Intentó pasar desapercibido en el aeropuerto de Buenos Aires
- Se negó a hablar con la prensa e hizo un gesto amenazador a un periodista
Juan Ignacio Irigaray | Buenos Aires
Actualizado martes 24/02/2009 17:54 horas
El polémico obispo del lefevbrismo ultraconservador Richard Williamson, que fue conminado a marcharse de Argentina por el gobierno nacional, tomó este martes en Buenos Aires un avión de la compañía British Airways con rumbo a Gran Bretaña, su país natal.
Mientras caminaba por el aeropuerto hacia la puerta de embarque, el prelado se negó a hacer declaraciones al periodista de un canal de noticias que salió a su paso, y elevó su puño derecho hacia la nariz del cronista en un aparente intento de agredirle.
Los guardaespaldas de Williamson reaccionaron enseguida y tomaron al periodista de los brazos para apartarlo del religioso, que empezó a caminar deprisa y se perdió en los pasillos de la estación aérea.
Williamson se presentó espontáneamente en el mostrador de British Airways y allí compró el billete aéreo a Londres, de forma que no figuraba en las listas de pasajeros elaboradas previamente por la compañía de aviación.
Un portavoz del Distrito de América del Sur de la Fraternidad San Pío X, a la que pertenece el polémico prelado inglés, informó que ese sector rebelde de la Iglesia católica "no quiere más escándalo mediático, ni que esto cause más daño a la comunidad (religiosa) y a la sociedad toda".
Tenía 10 días para salir del país
El pasado jueves, el Gobierno argentino conminó al obispo Williamson a "hacer abandono del país en un plazo perentorio de diez días bajo apercibimiento de tener decretada su expulsión", aduciendo irregularidades en la documentación que presentó el inmigrar, en 2003.
Williamson, de 58 años, quedó en medio de un escándalo al negar el holocausto judío en declaraciones a la televisión sueca. El obispo negó que hayan existido las cámaras de gas en los campos de exterminio del III Reichi, y estimó que allí murieron de 200.000 a 300.000 judíos y no seis millones.
Justo dos días después, el 24 de enero pasado, el Papa Benedicto XVI levantó la excomunión a Williamson y otros tres obispos de la ultraconservadora lefevbrista Fraternidad San Pío X, entre ellos un prelado español.
Al conocerse sus declaraciones negacionistas, el propio Pontífice le pidió a Williamson una retractación pública, pero este dijo que necesitaría tiempo para "estudiar la historia".
El episodio originó también fuertes tensiones dentro de la propia Iglesia Católica, donde muchos criticaron la decisión papal de propiciar el regreso de los lefebvristas a la comunión con Roma.
En tanto, el obispo lefebvrista fue destituido del cargo de director del seminario que la orden posee en Buenos Aires y donde funciona el seminario Nuestra Señora Corredentora, el único en América Latina de los seis que posee la orden en el mundo.
Marcel Lefebvre fundó la Sociedad Sacerdotal de San Pío X en 1969, opuesta a las reformas del Concilio Vaticano II, particularmente la autorización de celebrar misas en idiomas locales, en lugar del latín.
Desde el inicio de su pontificado, Benedicto XVI dejó clara su intención de normalizar las relaciones con los lefebvristas excomulgados en 1988 por su antecesor Juan Pablo II.
En 2007, respondió a una de sus demandas, al eliminar restricciones a la celebración de la misa en latín. Al levantar el decreto de excomunión, respondió a la segunda demanda de los lefebvristas para iniciar discusiones teológicas sobre la normalización de las relaciones.
El movimiento tradicionalista tiene unos 460 sacerdotes y cerca de 150.000 fieles en unos 50 países, muchos de ellos en América Latina.
_______________________________Lo dicho… ¡y yo que me alegro, Argentina!
Hay personajes que deberían estar lejos de todos los demás.
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes razón, amigo... A algunos de esos personajes
ResponderEliminar-incluso- los cambiaría, sin remordimientos, por cualquiera de los desaparecidos.
Dos abrazos y bienvenido