El nieto número 101 de la Plaza de Mayo
Cuando el alma de un padre 'revienta de alegría'
Abel Madariaga hace el signo de la victoria junto a su hijo Francisco. | Efe
- Después de casi 30 años, Abel Madariaga pudo reencontrarse con su hijo
- Francisco es uno de los 500 bebés robados durante la dictadura argentina
- 'No hay nada más lindo que tener identidad', asegura el hijo de Madariaga
Efe | Buenos Aires
El Mundo.es 23/02/2010
Francisco Madariaga, el hijo de una mujer desaparecida durante la dictadura argentina que a sus 32 años ha recuperado su identidad y se ha podido reencontrar con su padre, aseguró este martes que se siente feliz por sacarse el gran vacío que tenía en su interior y porque "no hay nada más lindo que tener identidad".
Después de 32 años "oscuros, feos", en los que sufrió agresiones físicas por parte del ex oficial de Inteligencia del Ejército Víctor Gallo, que ejerció como su padre, Francisco pudo dejar de ser "como un fantasma" y empezar a vivir "feliz, con amor, con contención", afirmó en una conferencia de prensa.
Francisco es hijo de Silvia Mónica Quintela y Abel Madariaga, ambos militantes de la desaparecida organización guerrillera Montoneros. Quintela fue secuestrada por un grupo del Ejército el 17 de enero de 1977 en la localidad de Florida, a las afueras de Buenos Aires, embarazada de cuatro meses.
La madre de Francisco fue recluida en Campo de Mayo, una guarnición militar en la periferia de la capital argentina donde funcionó un importante centro clandestino de detención durante la dictadura (1976-1983), y donde nació Francisco.
Abel Madariaga logró escapar de la represión y exiliarse en Suecia y posteriormente en México, pero desde que regresó a Argentina en 1983 se incorporó activamente a Abuelas de Plaza de Mayo, organización de la que actualmente es secretario, para encontrar a su hijo.
Después de casi 30 años de búsqueda, Abel pudo reencontrarse el pasado viernes con su hijo, que había sido criado por Víctor Gallo y su ex esposa, Inés Susana Colombo, quien también sufrió la violencia de su marido.
Durante la dictadura, Víctor Gallo fue oficial del Ejército y miembro del batallón 601, y ya durante la democracia participó en el asesinato de una familia, por lo que estuvo detenido, según informó la titular de Abuelas, Estela de Carlotto.
"Tener un hijo desaparecido es como tener un agujero en el alma. Hoy el alma está totalmente curada y revienta de alegría", afirmó Abel, visiblemente emocionado, en una conferencia de prensa en la que no dejó de compartir gestos de cariño con su hijo.
Francisco, que hasta ahora se llamaba Alejandro Gallo, se acercó a la sede de Abuelas el 3 de febrero porque llevaba 10 años con dudas acerca de su identidad, y porque recientemente Colombo le confesó que lo habían traído de Campo de Mayo con apenas unos días de vida, por lo que cabía la posibilidad de que fuera hijo de desaparecidos.
"Yo no pertenecía a ese lugar, y eso se siente", reconoció Francisco, que es el nieto número 101 que logra recuperar su identidad gracias a la gestión de las Abuelas de Plaza de Mayo. "Es muy parecido a su mamá, aunque el pobrecito tiene algunos rasgos míos", aseguró Abel, quien añadió que Francisco "es un tigre como su mamá", un comentario que despertó la sonrisa de los asistentes, entre ellos el hermano de la difunta.
Por iniciativa de las Abuelas, unos 3.300 jóvenes argentinos han acudido a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para investigar su procedencia, debido a que se calcula que unos 500 bebés fueron robados a sus padres durante la dictadura militar.
Según datos oficiales, unas 18.000 personas desaparecieron durante el último Gobierno de facto en Argentina, aunque las entidades de derechos humanos elevan la cifra de víctimas a 30.000
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Hay “cosas” que el tiempo -afortunadamente- no borra
Claro que el tiempo hay cosas que no borran (gracias por reproducir esta noticia que representa tanto y debería repetirse en todas partes, ser conocida por todo el mundo). Es así, la búsqueda de los niños y niñas “robados” por el proceso de Reorganización Nacional, no terminará nunca, gracias a Madres, gracias a Abuelas de Plaza de Mayo su búsqueda seguirá, hasta que el último niño, el último nieto aparezca.
ResponderEliminarEl Tiempo no podrá borrar jamás las atrocidades que ellos cometieron, y mientras existan páginas como la tuya, o como muchas otras, mientras exista la memoria y gente que la ejercite, seguiremos recordando, trabajando para que NUNCA MAS algo así ocurra, ni en la Argentina, ni en ningún otro país.
Todavía faltan 400 chicos por encontrar, hay que seguir trabajando como se está haciendo.
La verdad cada vez que un nieto se encuentra, un hijo se encuentra, un militar del proceso va preso un rayito de luz asoma desde el cielo oscuro que estos infelices del proceso pintaron sobre nuestras cabezas.
No hay que confundirse, si uno se descuida lo que pasó en el 76´ con el golpe pueden volver a ocurrir, por eso hay que estar atentos, despiertos, los grupos de tarea siguen trabajando en las sombras y distintos sectores del poder siguen trabajando en pos de volver a esas políticas que nos condenaron.
La identidad es muy importante, sin identidad no hay país, no hay individualidad, no hay sociedad, sin identidad ninguno realmente sabe quien es, y el país no sabe quien es, ni lo que es. Sin identidad no hay verdad, sin verdad no hay justicia.
NI OLVIDO, NI PERDON, POR LA MEMORIA Y LA JUSTICIA.
POR EL RECUERDO DE LOS 30.000 DESAPARECIDOS (cuerpos e historias que debemos también encontrar, no podemos no saber que paso con todos ellos)
POR TODOS LOS HIJOS/HIJAS/NIETOS/NIETAS QUE FALTAN ENCONTRAR.
Por todos los que ya aparecieron, por esa cara de felicidad, por ese poquito de corazón que este hecho devolvió.
Gracias te digo de nuevo por subir esta entrada.
Un abrazo fuerte.
HologramaBlanco
Emocionante y lindisima entrada la de hoy, amiga. Estoy feliz y contento por ellos.
ResponderEliminarBesos.
Todas las noticias nos tocan porque somos TIERRA Y HERMANOS TODOS..Las tristezas y alegrías tienen su eco y su respuesta..Por eso,esta noticia nos alegra y te lo agradecemos,Mariluz.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo siempre,amiga.
M.Jesús