lunes, 17 de junio de 2013

Ajedrez


  • A todos nos suena aquella leyenda del rey Sheram, de la India, que quiso premiar al inventor del ajedrez con lo que pidiera. Ladino, éste le pidió un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera, ocho por la cuarta, y así, sucesivamente,doblando el número cada vez, hasta llegar al escaque 64.

  • El rey pensó que era un regalo muy simple, pues él era muy rico, y le insistió en pedir algo más valioso. Hasta que hicieron los cálculos del grano de trigo que debía desembolsar su Majestad: en la casilla 64 habría 9.223.372.036.854.775.808 granos de trigo, que sumados a los del resto del tablero, quedan en 18.446.744.073.709.551.615. Es decir, más de 18 trillones de granos de trigo.
    Los consejeros de la corte estimaron que sería necesario acumular la cosecha de trigo en todo el mundo durante 2.000 años para poder pagar la deuda. Pero Leontxo García, en su libro Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas, añade algo más:
    ¿Cuántos barcos de 100.000 toneladas falta para transportar todo ese trigo? Pues nada menos que 3.689.348 barcos. ¿Y cuánto espacio ocuparían esos cargueros en el mar si los pusiéramos en fila, uno detrás de otro? Darían 17 vueltas al planeta.

  • El número de posiciones diferentes posibles después de sólo 10 movimientos, después de empezar, es de 165 cuatrillones y medio. Es decir, 165.518.829.100.544.000.000.000.000.

  • Sólo un adelanto: el citado campeón del mundo y matemático Max Euwe calculó que si doce mil ajedrecistas estuvieran ocupados constantemente en la búsqueda de las mejores jugadas en todas las posiciones imaginables y en cada una de ellas invirtiera una décima de segundo, necesitarían más de un trillón de siglos para analizarlas todas.
    Justo después de que los dos jugadores de ajedrez ejecuten su primer movimiento, se abren muchas posibilidades de juego. Concretamente, existen 400 posiciones posibles en el tablero. Después del segundo turno, hay 197.742 partidas posibles. Y después de tres movimientos, hay 121 millones.
    Así pues, el número de partidas diferentes que pueden desarrollarse en un juego tan aparentemente simple como el ajedrez supera de largo un 1 seguido de 100.000 ceros, es decir, una cifra superior a todos los átomos del universo.
    Las posibles partidas son 10100.000. De estas, 10120 partidas son “típicas”: con una media de 40 movimientos y 30 posibilidades por movimiento. Para ponerlo en perspectiva, solo hay 1015 cabellos en total en todas las cabezas del mundo, 1023 granos de arena en el planeta Tierra y unos 1081átomos en el universo.
    Incluso sumando todas estas cifras, siguen habiendo más partidas posibles de ajedrez típicas.

  • Si tenemos en cuenta que el juego más largo registrado oficialmente tomó más de veinte horas con 269 movimientos, es difícil imaginar el tiempo que un juego teóricamente podría durar.

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    Vía XatakaCiencia

    miércoles, 5 de junio de 2013

    Federico

    El Doodle que celebra el 115º aniversario del nacimiento de 

    Yo pronuncio tu nombre

    en las noches oscuras,
    cuando vienen los astros
    a beber en la luna
    y duermen los ramajes
    de las frondas ocultas.
    Y yo me siento hueco
    de pasión y de música.
    Loco reloj que canta
    muertas horas antiguas.

    Yo pronuncio tu nombre,
    en esta noche oscura,
    y tu nombre me suena
    más lejano que nunca.
    Más lejano que todas las estrellas
    y más doliente que la mansa lluvia.

    ¿Te querré como entonces
    alguna vez? ¿Qué culpa
    tiene mi corazón?
    Si la niebla se esfuma,
    ¿qué otra pasión me espera?
    ¿Será tranquila y pura?
    ¡Si mis dedos pudieran
    deshojar a la luna! 

    lunes, 3 de junio de 2013

    Cinco colores, cinco

    Estamos acostumbrados a la extinción de especies, incluso de ideas. Pero los colores son producto tanto de especies como de ideas y, en consecuencia, también pueden extinguirse. En otros casos, el motivo de la extinción parte del desuso, de su toxicidad, de sus ingredientes inestables o la complicación de su elaboración.
    Sea como fuera, a continuación podéis conocer 5 colores que podrían desaparecer el día menos pensado (o que ya lo han hecho) o que resulta peligroso volver a fabricar:

    1. Azul Chartres

    Usado en el siglo XIV, el azul Chartres se empleaba para colorear las vidrieras de la Catedral de Chartres, en Francia. Sin embargo, su proceso de elaboración era tan intrincado y costoso que se dejó de fabricar.
    Las ballenas y las focas son daltónicas. Pueden percibir el color verde, pero carecen de las premisas fisiológicas necesarias para percibir el azul. A pesar de que la mayoría de los mamíferos pueden distinguir el azul y el verde, no sucede así con los mamíferos marinos. A ellos no les importará que el azul Chartres no se elabore.

    2. Verde esmeralda

    En 1814, una empresa fabricante de colorantes, la alemana Wilhem Sattler de Swchweinfurt, en colaboración con el farmacéutico Friedrichh Russ, logró producir un verde todavía más intenso disolviendo el cardenillo en arsénico: el verde esmeralda. Fue un verde que jamás se había conseguido antes: de hecho, los artistas del siglo XIX que se inclinaban por el uso de colorido intenso, como los prerrafaelitas y los impresionistas, empezaron a usarlo con gran alegría.
    Pero la sustancia se disolvía con la humedad, y el arsénico que contenía se vaporizaba de manera imperceptible. En la década de 1860, podía leerse en el The Times de Londres: “No era infrecuente que los niños que dormían en un cuarto empapelado de ese modo murieran envenenados con arsénico.” Y según la leyenda, Napoleón murió en su casa en el exilio de Santa Elena debido a los vapores de arsénico que exudaba la pintura verde esmeralda de las paredes húmedas.

    3. Bermellón y Colorante rojo #3

    El bermellón es el color del mercurio, del sulfato de cinabrio. Es hermoso pero poco común, inestable y tóxico.
    En el caso de otro tipo de rojo, el colorante rojo #3, el gobierno de Estados Unidos prohibió este colorante en alimentos y cosméticos en 1990 por ser cancerígeno.
    El color de la ropa puede llegar a influir en la marca de los deportistas, por ejemplo. La investigación, recogida por la revista Nature, fue llevada a cabo por dos antropólogos de la Universidad de Durham:Russel Hill y Robert Barton. Después de escudriñar las estadísticas de los combates de los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004, descubrieron que vestir de color rojo aumenta las probabilidades de ganar.

    4. Amarillo indiano

    Supuestamente, entre el siglo XV y el XIX, se extraía de la orina de vacas alimentadas sólo con hojas de mango. Se ha dejado de usar debido a los daños que originaba en el ganado.

    5. Caput Mortuum

    Durante los siglos XVII y XIX se elaboraba el Caput mortuum, un pigmento marrón fabricado con la tierra que se extraía al desenterrar las momias egipcias. Caput mortuum significa “despojo”.